Los del Golfo quieren apoderarse de la “franquicia” potosina en manos de Los Zetas, advierte Edgardo Buscaglia. Vienen meses de enfrentamientos y después, posiblemente, secuestros y extorsiones.
La muerte de Heriberto Lazcano “El Lazca” en Coahuila, la captura en San Luis Potosí de Iván Velázquez Caballero “El Talibán” o “Z-50”, uno de los supuestos cuatro líderes de la organización criminal conocida como Los Zetas, y la muerte, en Salamanca, Guanajuato, de Leonardo Lara Chávez “El Gargamel”, jefe de plaza del mismo cártel en SLP, han traído un maremoto de violencia. Para entender el por qué de esta situación consultamos a uno de los más importantes estudiosos de la delincuencia organizada en el mundo, el doctor Edgardo Buscaglia, quien también es asesor de la ONU.
Buscaglia señala que organizaciones como Los Zetas operan a la manera en que lo hace una empresa transnacional: con franquicias ubicadas en todas las ciudades, “cada una de éstas se dedica a un crimen específico: secuestro, extorsión, piratería, venta de armas, drogas, tráfico de migrantes y de órganos. En San Luis Potosí las cinco últimas tienen una importante presencia”.
Prosigue diciendo que el cártel del Golfo pretende apoderarse del control de la “franquicia potosina”, aprovechando el reacomodo que Los Zetas experimentan. Los hechos violentos que se ven en las calles de San Luis Potosí son la estela de esta disputa y se seguirán haciendo presentes con mayor frecuencia, advierte.
“Se vienen meses muy duros para San Luis, únicamente cuando uno de los dos grupos se consolide parará la violencia física, entonces dejaremos de ver muertos, narco mensajes y enfrentamientos en las calles, pero vendrá una segunda etapa de este fenómeno igual de grave: la violencia patrimonial, esto significa que aumentarán los secuestros, las extorsiones y el tráfico de drogas, pues quien se quede con la plaza requerirá de recursos económicos”.
Sin embargo, Buscaglia agrega que a nivel nacional Los Zetas no sufren ningún daño con el misterioso asesinato, a manos de elementos de la Marina, de Heriberto Lazcano “El Lazca”, pues desde meses atrás había dejado de ser el verdadero líder de este grupo, dado que Miguel Ángel Treviño Morales, “Z-40”, respaldado en cientos de “empresas fachada” tanto en México, como en Estados Unidos, se dedicó a comprar a los hombres de Lazcano, “por ello no habrá grandes terremotos en la cúpula de esta organización”.
La eliminación física de elementos de corporaciones criminales no resuelve el problema, pues éstas se encuentran asentadas sobre sólidas bases financieras y relaciones con empresarios y políticos: “pensar que con detener o asesinar a supuestos jefes se puede combatir a estos grupos, es como pensar que un banco se desmantela eliminando a su gerente”, ejemplifica Buscaglia, “estas detenciones no logran rasguñar la estructura de los narcotraficantes”.
¿Cómo combatir la delincuencia organizada?
Edgardo Buscaglia, especialista en delincuencia organizada, señala 5 claves para combatir este fenómeno:
> Crear un sistema judicial que realmente emita, pero también ejecute, sentencias.
> Atacar a los criminales en lo económico mediante un sistema de desmantelamiento patrimonial con fiscales y auditores que tengan la capacidad de llegar a empresas fachadas.
> Atacar de forma clara y frontal la corrupción política.
> Generar un programa de prevención, para brindarle a grupos marginales acceso a condiciones de vida digna. “Hay comunidades donde grupos como Los Zetas llegan y se llevan a la mitad de los jóvenes a campos de entrenamiento y éstos lo ven como una buena alternativa de vida.
> A nivel ciudadano, crear mecanismos como en Chile o Colombia que permitan monitorear al Estado para asegurarse de que los gobernantes no caigan en actos de corrupción y realicen de forma correcta sus funciones.
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