SALVAJE IDILIO . EL RINOCERONTE ENAMORADO
El Rinoceronte Enamorado festeja sus 17 años de trayectoria con su montaje número treinta.
Juguete Teatral a partir de Háblame como la lluvia y Déjame escuchar...de Tennessee Williams
Que manera de festejar tan singular la de Los Rinos. Con una puesta en escena agresiva, salvaje, llena de nostalgia que te atrapa desde el momento que estás esperando para entrar a "La Caja Escénica". El viento comienza a correr entre los pacientes espectadores junto con el aproximar de las nubes. El aire no tarda en oler reconfortante y justo antes de que voltees tu mirada hacia el cielo una gota de lluvia estremece tu piel arrancándote una sonrisa de tu estatismo y seriedad. Una gota, dos, muchas y han llamado a entrar a "La Caja Escénica" Afuera llueve, adentro también. Una joven mira con angustia por la ventana. ¿Qué ocurre? aun no lo sabes pero comienzas a sentirte inquieto. Quisieras ayudarla, pero, estás en un teatro, estás en una obra, eres espectador, así tienen que ocurrir las cosas, entonces, sólo te sientas al fondo de tu asiento y esperas que algo cambie, que su pesar pronto desaparezca con la lluvia.
Salvaje Idilio, dirigida por Jesús Coronado y con las actuaciones de Gabriela Betancourt como Esther y Edén Coronado como Manuel, es una puesta que busca ser una obra de autor que tiene como objetivo dejar marcado el sello distintivo de toda la trayectoria de la Compañía El Rinoceronte Enamorado, en ocasiones han recurrido a textos ya escritos, en otras se han visto en la labor de escritura teatral desde cero. En este momento, Jesús Coronado toma dos piezas cortas del dramaturgo estadounidense Tennessee Williams, Háblame como la Lluvia y Déjame Escuchar..., para elaborar un Juguete Teatral que entreteje diversas líneas de la ficción en la que propone al espectador una pieza en la que una pareja extraviada en el tiempo y la vida, esta situación fácil logra ser un gran espejo de nuestra cotidianidad. De igual manera, esta obra toma como base la poesía del potosino Manual José Othón, eterno amante de la naturaleza y letargo del tiempo. Dos elementos que hacen brillar esta puesta en escena de una manera muy singular.
Esther, la joven que observa por la ventana dejar de hacerlo para comenzar con un diálogo que te llena de nostalgia, te lleva a recorrer las calles de tu ciudad, el kiosco de la plazuela, sientes rápido el olor del periódico que se lee en las bancas por la mañana. De pronto, la puerta de la habitación se abre revelando a Manuel, la pareja de Esther, quien pronto desaparece entre la lluvia. Esther, camina pausado y con dolor, su rostro se marca más entre las sombras y la penumbra de su diálogo. La búsqueda eterna de los placeres de la vida. Hay un bulto en la cama que comienza a moverse. Es Manuel, ¿Cuando entró en la habitación? él aparece dormido en la cama después de verlo partir por la puerta. Llama a Esther quien le suplica lo acompañe de nuevo en la cama, Esther, está perdida en la lluvia, en la letanía, en los sombríos diálogos que de sus pesares emana. Manuel, perdido alcohólico, se levanta de la cama, pide un vaso con agua, pide a Esther responda a sus palabras y la escénica de Othón cobra vida con el llegar de la lluvia, con el pasar del viento, con el diálogo furioso de Manuel que arremete al aire. Toma un puñal para cortar la tristeza, para salir de la pesadez, pero es imposible. Los dos están perdidos en la habitación, en sus vidas.
La puesta en escena continua. ¿Cuando cambiaron las cosas? hay pequeños detalles que en un destellar del recuerdo comienzas a dudar. ¿estaba ahí esa botella antes? De pronto notas un espejo que hay en uno de los extremos de la habitación y todo comienza a cobrar sentido. Estás en un reflejo de la vida, de las pasiones de la humanidad. El feroz Manuel se ve reflejado temeroso y la angustiada Esther en el espejo se ve dolida muy en lo profundo. Manuel no recuerda que ocurrió tiempo atrás, sólo una tina con hielo derritiendo, ¿has visto como se convierte en líquido un hielo? es lento, escabroso y cuando termina parece que algo está mal. Lo único que recuerda Manuel son puertas, ropas regadas por el piso y la temible tina con hielo. Asustado, comienza a rondar por la habitación hasta que sale por el espejo y al azotar el cierre la puerta de la habitación se abre dejando entrar la lluvia y una escalofriante sensación de vacío.
Esther vuelve a la ventana, regresa la lluvia, el viento, Manuel de nuevo está en la cama. ¿Cuando volvió a entrar? a comenzado de nuevo la escena. El dialogo, la tristeza, la penumbra. Te das cuenta que estás en un terrible sueño. Perdido en los recuerdos, en las memorias incompletas. Sin embargo, el mismo diálogo toma mucha más fuerza, te vuelca el estómago, te estremece la conciencia, permite escapen tus temores y los deja descubiertos ante los demás. Te has convertido en Esther, o te has convertido en Manuel. Algo inquieta tus ojos. Tus manos. Tus pies. El asiento ya no es tan cómodo. La lluvia cala en los huesos. El Viento te estremece el alma y todo se va a negros. No sabes que ocurre, ¿No puede terminar así? Aun esperas que regrese la luz y se salven Manuel y Esther. No quieres que concluya de esa forma pero es irremediable. Un par de aplausos llegaron a lo lejos pero te niegas a aceptarlo. Quieres gritar, te quieres parar para encontrar a Manuel y Esther. Gritas en silencio ¡Vamos Esther, no te rindas!, ¡Manuel, se valiente! ¡no te rindas, no te rindas! repites una y otra ves hasta que los aplausos llenan la habitación. Estás de nuevo en el teatro. Regresó la luz. Manuel y Esther ya no estaban en la habitación. Se perdieron, los perdimos, nos perdimos. Aplaudes con más fuerza para que regresen, y lo hacen, pero ahora son Gabriela Betancourt y Edén Coronado a quienes sigues aplaudiendo por su gran papel pero aplaudes aun con mayor fuerza para poder encontrar a Esther y Manuel. No lo logras. Llega el silencio.
Una vez concluida la obra llegaron los agradecimientos a todo el elenco de El Rinoceronte Enamorado. Su gran proeza y travesía por generar Teatro que vas a recordar toda tu vida. Después del el comentario de Jesús Coronado, que sin el espectador nada de El Rino tendría sentido. Curiosamente pensaba lo contrario antes de la función. Sin El Rino, ¿a donde recurriríamos?, vamos al Teatro a descansar, a divertirnos, despejarnos, asombrarnos, tener miedo, resucitar, reflexionar, encontrar nuevas preguntas, algunas respuestas, necesitamos del Teatro para despertar. Al término, te das cuenta que sin ninguno de los dos, no habría sentido.
Tras el vino, unos canapés, el abrazo y el salud merecidos. Partí a casa apresurado, tenía que escribir. ¿No sientes esa necesidad después de ir al Teatro? Cada que vas a El Rino, siempre dejan una espina de creatividad en ti que tienes que ir a sacar de cualquier forma. En el trayecto a casa, me seguía preguntando por Esther y Manuel, y los volví a ver en quienes compartíamos el transporte. La chica que hablaba triste por el teléfono, el sujeto de la chamarra que tenía problemas con su jefe en el trabajo. Los chicos que no sabían que hacer con los problemas de su amigo. etc. Estaban de nuevo ahí, solos en compañía. Extraviados juntos. Terminó de funcionar la Obra para mi. Se llenaron de tristeza mis ojos, seguíamos en un horrible sueño del cual no podemos despertar por mucho que lo intentemos, por mucho que lo deseemos. Hay que encontrar algo más, eso que no encontraron Esther ni Manuel. ¡No te rindas!
En Salvaje Idilio también participan: Fernando Flores en el diseño de la escenografía y de la iluminación del montaje. Angustias Lucio con el vestuario. Joaquín López Chas compuso la música, totalmente original como también fue el encargado de la escenografía. Ricardo Anaya responsable del Diseño de Imagen. Gerardo pardo en el montaje técnico y Caín Coronado a cargo de la Producción Ejecutiva.
Nueva Creación del Rino
Salvaje Idilio
Juguete Teatral a partir de Háblame como la lluvia y déjame escuchar...
de Tennessee Williams
Dramaturgia y dirección de Jesús Coronado
Temporada: Del 1º de Junio al 1º de Julio, 2012
Funciones: Jueves y Viernes: 20:00hrs. Sábados y Domingos: 19:00hrs.
TEATRO EL RINOCERONTE ENAMORADO
(Carlos Tovar #315, Zona Cetro.)
Reservaciones al correo elrinocerontenamorado@gmail.com o al tel.: 8146434
Admisión General: $70.00; Amigos del Teatro, estudiantes e INAPAM: $35.00; Vecinos del Teatro: $25.00
El Rinoceronte Enamorado es una compañía beneficiada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa de Apoyo a Grupos Artísticos Profesionales "México en Escena" del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
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