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Para obtener una de las despensas que reparte la Sedesol, familias indígenas emprenden un viaje de cuatro horas a pie y duermen en el monte.
Foto: Pedro Sánchez |
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Enfrentan familias escasez y desempleo; buscan mejor suerte en Durango o Sinaloa
Pedro Sánchez Briones / Corresponsal
Laguna de Juanota, Balleza, Chihuahua (23 junio 2012).- La sequía, la falta de trabajo y el hambre en esta región obliga a las familias indígenas a emigrar a ciudades del sur de Chihuahua, Durango y Sinaloa.
En las comunidades rurales de esta región, la prioridad es buscar empleo y alimento, antes que mandar a los niños a la
escuela.
"Se van y se van con toda la familia, con todo y todo, se van los niños y se están allá tres, cuatro meses, y luego regresan, por eso tenemos mucha deserción. Luego, vuelven a repetir, y hay mucho problema", contó Sergio Chávez, director de la Escuela Primaria Chihuahua.
"La gente no tiene en qué trabajar, y tienen que buscar trabajo, y se van familias que tienen cinco hijos cada una, por ejemplo".
Los indígenas buscan empleo en huertas de Camargo, Jiménez y Delicias, así como en localidades cercanas de Durango y Sinaloa.
"Se van a donde haya trabajo", indicó, a su vez, Clemencia Topete, maestra de quinto y sexto grado.
Actualmente el plantel bilingüe cuenta con 83 niños inscritos, pero ha llegado a recibir hasta 100 estudiantes.
"Antes teníamos más niños, y ha ido bajando; igual en la secundaria, primero había tres maestros, y ahorita ya quedan dos, porque los niños se van saliendo".
Los docentes han detectado desnutrición en sus alumnos, así como ronchas en la piel, aparentemente por el agua que consumen en sus hogares.
La mayoría de los menores del plantel se quedan de lunes a viernes en un albergue de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), en donde comen tres veces al día, pero hay otros que enfrentan el hambre en sus hogares.
"Y la inasistencia de ellos es porque, de no tener comida, no vienen a la escuela", explicó Bertha Barraza, quien imparte clases a niños de primero y segundo grado.
Carla Cruz es una de las estudiantes que habita en el albergue. Su madre es soltera y consiguió un trabajo del Programa de Empleo Temporal recogiendo basura o colocando piedras en los arroyos, para evitar que, en caso de lluvia, el agua se lleve la tierra.
A principios de este año causó polémica, a nivel nacional, conocer el hambre que padecen los pobladores de la Sierra Tarahumara, tras la pérdida de las cosechas de maíz y frijol a causa de la sequía en el estado.
Un largo viaje
Para obtener una de las despensas que reparte la Sedesol, familias indígenas emprenden un viaje de cuatro horas a pie y duermen en el monte.
"Tendemos una cobija y ahí nos quedamos", contó Aureliano Cruz Bustillos, de 47 años, habitante de la comunidad de Los Ángeles, al sur del municipio.
Los apoyos se entregan en el poblado Laguna de Juanota, cerca de El Vergel, en el albergue "Chihuahua" de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
"Salimos desde un día antes, porque si no, tenemos miedo de no alcanzar", dijo.
En febrero pasado, el Presidente Felipe Calderón acudió a entregar despensas en esta comunidad, además de recursos de programas sociales a este municipio.
Cada ocho días, las familias reciben un paquete con maíz, frijol, azúcar, café, sopas, leche y galletas.
Para Aureliano, vale la pena ir por la despensa, porque al menos así tiene asegurado un poco de comida por unos días.
Piden reparar escuela
Para la visita del Presidente Felipe Calderón, en febrero pasado, la Escuela Primaria Chihuahua recibió apoyo para pintura, pero este plantel requiere más que una simple 'manita de gato'.
Aquí los alumnos estudian en salones improvisados, sin aparatos para enfrentar las temperaturas extremas de la región, tanto en invierno, como en verano.
Utilizan además letrinas construidas con madera, porque los sanitarios no funcionan debido a que la tubería necesita ser renovada. Los techos de lámina también requieren ser cambiados.
Sergio Chávez, director del plantel, refirió que la escuela es el principal centro educativo bilingüe de la zona desde hace 30 años.
"Queremos reconstruir los salones, los baños, las chimeneas que dejaron de funcionar, pero hasta ahorita no hemos tenido apoyo", destacó.
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