ARTES ESCÉNICAS GANAN PÚBLICO CON DESCUENTOS
Artes escénicas ganan público con descuentos
Aunque no hay estudios articulados que precisen el alcance de los descuentos, gestores culturales coinciden en que es una inversión para atraer más espectadores hacia la cultura
SALA NEZAHUALCÓYOTL. La UNAM ha desarrollado el programa En Contacto Contigo para vincular más a la comunidad universitaria con la cultura. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
Martes 07 de mayo de 2013Alida Piñón | El Universal
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En la ciudad de México existen programas de descuento para el acceso a la infraestructura y la oferta cultural de las artes escénicas, la mayoría subsidiados por las instituciones culturales del Estado como el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Sistema Nacional de Teatros que depende de la Secretaría de Cultura del DF, y Difusión Cultural UNAM, de la Universidad; además otros son fomentados por los propios grupos artísticos que laboran en recintos independientes y que están convencidos de que una promoción para el público es una inversión a largo plazo.
Sin embargo, no hay estudios globales de cómo los descuentos impactan en el consumo cultural y cuáles son los sectores que mejor lo aprovechan. Por ejemplo, cada institución, como la Dirección de Extensión Cultural del INBA, tiene claro que el programa Pasaporte al Arte -que en este año cumple una década- destinado a niños de entre seis y 12 años y que consiste en que los infantes pueden acudir gratuitamente a diversos recintos del instituto como museos, así como a los teatros con programación infantil ubicados en el Centro Cultural del Bosque, en nueve años ha ofrecido 4 mil 684 actividades y ha atendido a 114 mil 421 menores y 71 mil adultos -pagando 50% de los precios en taquilla-. En esta edición, que comenzará el 19 de mayo, se tiene programado atender a 15 mil niños.
De acuerdo con el gestor cultural y especialista en economía cultural Eduardo Cruz Vázquez, aunque haya algunas cifras, los resultados sobre los mecanismos de descuento que, por ejemplo, se han fijado con criterios mixtos entre las instituciones y la Secretaría de Hacienda, no están articulados para clarificar la demanda del uso de descuentos. “Es posible que lo que haya sean testimonios de gente que comenzó a operarlos y que pueden saber si hubo o no beneficios al resultado financiero de la captación de recursos como una prestación social de trabajadores y usuarios en general”.
Antonio Hernández Brito, coordinador de Relaciones Laborales de Conaculta, reconoce que ha habido programas de larga duración, como Sépalo, una tarjeta que ofrece descuentos a maestros y trabajadores del Estado a la infraestructura cultural del DF, creado en 1994 -con antecedentes a finales de los años 80- y que opera hasta hoy; así como el programa Maestros a la cultura; pero no ha sido medido su éxito.
Las tarjetas que actualmente tienen un precio de $15 les permiten a los usuarios tener descuentos de hasta 50% no sólo en la infraestructura cultural, también en algunos espacios turísticos. A pesar de la longevidad de ese programa, Hernández lamenta que en los últimos siete años hubo un decrecimiento en los convenios con instituciones y por lo tanto en el número de tarjetahabientes. En 2007, dice, había alrededor de 12 mil tarjetas, en 2012 la cifra pudo reducirse hasta en 80%. Ahora, el reto es, recuperar los 12 mil en el siguiente año. “Faltó continuidad, muchos convenios que ya teníamos se fueron al archivo muerto y ahora es necesario estudiar cuáles podrían renovarse”.
Beneficios al público
La gestora cultural Lena Díaz, con amplia experiencia en la promoción de las artes escénicas, en particular de la danza, está convencida de que los descuentos significan una inversión porque genera público. Aunque, advierte, el otorgamiento puede ser confuso para los usuarios porque en algunos espacios el aforo es limitado para los descuentos y el público asiste a taquilla con su credencial de maestro, estudiante o tercera edad y si se ha agotado el boletaje de descuentos ya no les será posible adquirir un boleto.
En la Gaceta Oficial del Distrito Federal se publicó en enero pasado un nuevo mecanismo de “Aplicación Automático de Recursos” en el que se establece que los descuentos para los espacios que dependen de la Secretaría de Cultura serán de 50% a estudiantes de escuelas públicas que residan en la capital, maestros, militares y tercera edad. El resto tendrá que pagar una cuota fija en cada espacio. Por ejemplo, en los Sistemas de Teatros con restricción de 10% del aforo para otorgar descuentos, variará dependiendo el recinto, en el Teatro de la Ciudad va de los $125 a los $618.
Hernández Brito habla sobre aplicar restricciones: “Un aforo no puede ser sólo para los descuentos, sobre todo cuando se trata de coproducciones o producciones internacionales que tienen sus propios mecanismos de obtención de recursos”.
Para el gestor cultural Héctor Garay está descuidado el consumo cultural, a diferencia de otros países como Brasil, en donde existen vales que pueden canjear para asistir a cualquier actividad que desee. “En México existen los descuentos o los jueves de teatro en los que se pagan 30 pesos, pero estos programas no responden a preguntas como si hay mercados para, por ejemplo, la danza. Podríamos tener estadísticas de cuánta gente entra con boleto pagado y cuánta con descuento o cortesías, pero lo que no sabemos es si estamos generando un público”, dice.
Aprovechamiento
Uno de los sectores que cuentan con descuentos es el de los estudiantes. Recientemente, la UNAM creó el programa En contacto contigo, que ofrece hasta dos pases dobles a la semana para acudir gratis a funciones, que ha resultado un éxito como lo demuestra el lleno de la Sala Nezahualcóyotl por el concierto de Saúl Hernández, gratuito para 50% del aforo, es decir, alrededor de mil universitarios.
A pesar de su éxito, dice Estela Alcántara, jefa de Prensa de la Coordinación, los estudiantes han demostrado tener poca “disciplina” para seguir las reglas que marca el programa, como elegir un evento hasta 48 horas antes de la hora en que inicia, recoger los boletos desde dos horas y hasta media hora antes del inicio. “Si hay algo difícil de lograr es que quieran venir a las funciones, a menos que se traten de espectáculos que realmente les interese”.
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