VAGACIONES DE PÁLIDO AZUL

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Semana santa y cuatro días con mi gatita de pálido azul. Me gusta mucho saber que cada que nos vemos son más días, y parecieran durar mucho más. Será que dormidos juntos y nuestros sueños hacen uno aun más grande, uno que ha ido creciendo hace poco más de 7 meses, unos días más y un mes más será.

Ronroneos, cerveza, maullidos, música, caricias, comida, todas unas vacaciones. Ella y yo siempre juntos, siempre sonriendo el uno al otro aun cuando la tristeza nos gana, cuando las despedidas son duras y crueles. Pero siempre sonrientes, tomados de las patitas dispuestos a seguir navegando...

Un miércoles muy inquieto, mi gatita llegaría el jueves por la madrugada, como a eso de las seis de la mañana. La central, normal. Con algo de movimiento pero normal. Es curioso como cada que llega alguien lo invaden las miradas. Esta vez, no fue la excepción. Más al ver a un gatoamarillo esperando detrás de las vallas, esperando escuchar un pequeño maullido azul a lo lejos. Mi gatita venía distraída. Al levantar la mirada se topó con migo y su sonrisa no pudo esperar, de lado a lado marcó su cara. Los demás no podían creer lo que veían, dos gatos de colores en la central.

Llegamos a casa y no dudamos, como buenos gatos, en hacernos bolita y acurrucar en la cama, el uno sobre le otro. Queríamos alimentar nuestros sueños con el olor, el tacto del otro. El ronroneo arrullo suave como siempre y nuestros labios se reconocieron, nuestra mirada y nuestro eterno navegar en altamar.

Nos levantamos hasta que el hambre se hizo notar, no podía esperar un poco más. Después de comer enfrentarse al monstruo de las tijeras. Adiós a mi pelo, veía como caían uno tras otro mis pelitos, en grupo y separados. Ahora so un gato de pelo no tan corto, pero no largo.

Para festejar mi muda de pelo, fuimos por unas micheladas, antojo de mi gatita que no podía esperar. De nuevo, las miradas atónitas de ver a dos gatos buscando cerveza, de unos transeúntes grabando la urbe, y el título fue, los novios... Dentro, esperando las micheladas, la cosa más curiosa, que aun no sabemos por que, y talvez nunca lo sepamos, pero vaya que fue divertido. No creían el color de nuestro pelaje ni el número de nuestras rayas. La ife fue necesaria, pero esta historia es de mi gatita de pálido azul, así que ella se las ah de contar (aquí crems y perjuicios) .

Saliendo nos enfrentamos a la noche, y las risas seguían su camino, las caricias y nuestras patitas juntas más fuerte que antes. Desaparecimos en la intimidad de la luna, debajo de las sabanas, con el aliento fresco de la noche que entraba por la ventana...

Un día más y fue para cotorrear con los demás, un anuaro, un oso polar, un hutch y una hermana gato de también color azul.

Más cerveza, el humo del cigarro, los pases de abordaje para una noche en altamar, sobre el cielo, entre las estrellas. La música, la comida, las risas, las fotos, las burlas, el alcohol, el refresco y más música con más risas...

En sábado, como buenos pueblerinos, visitamos la presa, para ir por unas ricas y ya algo tradicionales gorditas, quesadillas, sopes y demás. Un charco inmenso que tenía dentro un perro juguetón. Un sol que relajaba nuestro cuerpo después de comer, y el aire rozaba nuestras mejillas. Las cajas de refresco no tardaron en verse deslizar por el panorama, las corrientes de agua golpeando la presa, y todo lo demás.

Regresamos a resguárdanos y no pudimos más, tendidos de dos en dos con más música para dormir. Nos levantamos para que nos cubriera la noche mientras nuestros rostros uno a los otros. Se ven sonrientes.

Saliendo de ese pequeño trance después de despertar. Una quema de judas, de fritangas y de un mal servició par poder tomar café con mucha agua. Regresamos cada quien su cesto, a su cueva, a su rincón.

El día más temido, el que nunca quiero que llegue, y tratamos de quedarnos dormidos para despertar en otro lugar, en otro momento, pero no lo logramos, teníamos que partir a la central. Perdidos entre recuerdos y un amargo hasta luego, hablamos de nada y de otras cosas para no recordar que teníamos que soltar nuestras patitas una vez más. Tener que esperar con la mirada fija sobre la ventana para poder ronronear juntos, poder estrechar nuestras patitas.

Las lágrimas no pudieron esperar un poco más... teníamos que despedirnos, dejarnos de oler y sentir por un tiempo...pero no había por que llorar, al contrarío, la próxima vez estaríamos más tiempo junto, compartiremos nuevas cosas, nuevas aventuras, nuevos sueños, dejaremos llevar a nuestro barco por el mar, que nos lleve lejos para cuando nos volvamos a ver izar las velas. Viajar rápido para que el momento sea eterno...

te amo, te quiero mucho mi gatia de pálido azul...

Contra viento y marea, contra piratas y monstruos sin rostro... te defenderé con sudor y sangre... de todos los demonios del mar...

By starlight Ill kiss you
And promise to be your one and only
Ill make you feel happy
And leave you to be lost in mine
And where will we go, what will we do?
Soon said i, will know

Comentarios

lagartija dijo…
salud por nuestro viaje, por nuestras historias, por la paciencia y esa distancia que un día, no muy lejano, será sólo un recuerdo.

sigamos soñando para despertar, siempre, uno sobre otro.

te amo, gati amarillo!!

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